Tomado de: http://historiageneral.com - La muerte de Mahoma en el año 632 fue el revulsivo que necesitaban los musulmanes para salir a expansionarse. Desde la Península Arábiga, pasando por el Mar Caspio, Persia, Egipto, norte de África y la Península Ibérica, los árabes no encontraban oposición en sus conquistas. En menos de cien años se hicieron con el imperio más grande que se había visto desde los tiempos de la antigua Roma. Ya en el año 732 el gobernador de Al Andalus, Abd al-Rahmán, se decidió a cruzar los Pirineos, con el irrefrenable ímpetu de seguir conquistando Europa. Nadie parecía poder detener a los árabes, que comenzaron a hacer sus incursiones por el sur de Francia. El terror empezaba a apoderarse del país galo y buena parte de Europa. Sin embargo en estas estábamos cuando surgió Carlos Martel, futuro abuelo de Carlomagno, y duque de los francos. Su espíritu guerrero convenció a su ejército y a todo aquel que sintiera la llamada de la cristiandad para hacer frente al emergente imperio islámico. Aquello era un todo o nada. Estaba en juego la salvación de los países del norte. El 10 de octubre del año 732, a mitad de camino entre Poitiers y Tours, y ya sólo a unos 175 kilómetros de París, las fuerzas musulmanas lideradas por Abd al-Rahmán y el ejército franco de Carlos Martel se encontraron en el campo de batalla. Los treinta mil soldados árabes apenas suponían la mitad de las fuerzas francas. A pesar de esta superioridad numérica, la caballería musulmana se lanzó contra la falange franca, un ejército para colmo mucho mejor entrenado y armado que el musulmán. Aquel primer día acabó con la primera retirada de los árabes, y la algarabía de los francos. El frío del momento también hizo mella en los musulmanes, menos acostumbrados a este tipo de temperaturas. Sin embargo, al amanecer del día siguiente, Carlos Martel descubría sorprendido que el ejército musulmán se había retirado. Todos pensaron que aquello podría ser una emboscada, pero tras rastrear durante varias horas el terreno, llegaron a la conclusión de que los árabes se habían retirado definitivamente. Así concluyó el avance musulmán por territorios europeos. Como dato curioso hay que decir que tras la batalla es cuando a Carlos se le colocó el apelativo de Martel, que significa martillo, ya que a partir de ese año comenzó a expulsar definitivamente a los musulmanes de Francia. A los árabes parece que se les quitaron las ganas de seguir sus conquistas por Europa, ya que tras la Batalla de Poitiers ya no continuaron más hacia el norte.
Foto Vía Fine Art America
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Carlos Martel y la Batalla de Poitiers
Mascioli Garcia
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