Por: Agustín Blanco Muñoz - abm333@gmail.com - En el discurso de conmemoración del reestablecimiento en el cargo al cual renunció, según testimonio de Lucas Rincón, el GP repitió que “ya no es el pendejo del 2002 que salió como de la tumba y levantó el crucifijo”. Y agregó: ahora no seré cándido como las palomas sino agresivo como las serpientes. En caso de una nueva conspiración barreríamos la burguesía. Por eso es mejor que se queden quietos con sus peleas en la Mesa de Unidad Democrática. (EU, 14-04-10, 1-2). Porque si ellos me matan, ya ustedes saben lo que tienen que hacer: exterminar la oligarquía, aunque cumpliendo con la constitución, y profundizar y radicalizar la revolución. Para esto se cuenta con inversiones sin precedentes en armas, alistamiento, organización y mantenimiento del componente militar, que hoy exhibe una lealtad a toda prueba desde los altos mandos hasta la milicia. Tiene razón el GP cuando afirma que el 11 A-02 aún está presente. Hoy aquella violencia de tan trágicos signos, se traduce en la continuación de todo tipo de control y persecución. El 11 A-02 le garantizó la liquidación del inmenso bloque opositor. Desde la aplicación de lo que hemos llamado montaje, no ha surgido ningún otro movimiento opositor de fuerza, contenido y proyección. Por ello sostenemos que ese cuadro de represión-masacre no es producto de la casualidad, sino de una planificación que, en el corto y mediano plazo, ha dado los mejores resultados. Son ocho años de un gobernar que, aunque alejado de la consolidación del mando-poder, significa un logro en el cuadro político de inestabilidad instalado desde el 27F-89. Por eso la ‘experiencia revolucionaria’ hoy se adelanta sin mayor contrapeso. Porque mientras el régimen avanza, a paso de destructores, barriendo a quien haya que barrer, la otra parte está concentrada en adelantar la pelea intergrupal para ver quienes logran alcanzar las ansiadas candidaturas para diputados a la AN. Frente al llamado ‘pueblo en armas’, convocado por el GP a empuñar los fusiles rusos en defensa de la ‘revolución bolivariana’, se levantan ‘las oposiciones’ con el propósito de forjar ‘el pueblo en voto’. De todas las formas el régimen ha dicho que su triunfo, con base a sus circuitos y demás artimañas montadas, está asegurado. Una victoria que se apoya en una multimillonaria inversión para la compra-venta de votos y para el gran carnaval publicitario. Y con la realidad e imagen del pueblo hecho armas se procede a aumentar el contexto para la expansión de la política del miedo-temor-angustia-desesperación. En este sentido, la ‘revolución’ ha sido clara: aquí no hay vuelta atrás y la única reconciliación posible está en el proceso. Fuera de él sólo hay ajuste de cuentas entre las partes. La acción en ascenso de la serpiente venenosa está ahora por encima de la mansa paloma. Y esto es lo que reivindica hoy el GP: la posición serpiente, la política del arrase, la consolidacion de VENECUBA. Una instancia indispensable para mantener el ‘proyecto’. Se hizo conciencia de que aquí sólo puede pervivir una revolución con los rasgos y las condiciones de la cubana. Y es así como se construirá el socialismo del siglo XXI que iniciará el camino hacia el comunismo. Y ante esta política de balas y serpientes, las oposiciones convocan a votos y reconciliación. Y si no se levanta una nueva posición, que adverse ambos polos del desmadre, y se avance en una perspectiva creadora y no violenta, tendremos Venecuba, sufrimiento y mortandad para rato. Sólo el tiempo y poder del colectivo, consciente y organizado, podrá alcanzar los caminos para eludir toda vocación hacia el crimen-serpiente y avanzar hacia el porvenir. El empeño hoy debe estar dirigido a la búsqueda de la creación de verdaderas instituciones democráticas, a pesar de que las serpientes vean esta lucha como una labor de pendejos.
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