Por: Dr. Octavio Dilewis Ibarra-Tamayo - Desde que los Castro y sus pandilleros asaltaron el poder y secuestraron la soberanía del pueblo cubano la bochornosa pero también paralizante silueta del miedo se apoderó de todo lo que tiene que ver con Cuba tanto dentro como fuera de la isla esclava. Personas y personajes que en cualquier otro contexto se explayan, en temas que aludan la infamia de los pandilleros castristas contra el pueblo de Cuba, y contra otros pueblos, se convierten en un ocho y en maestros de la inferencia, del doble sentido y del apocamiento, todo indica que por carecer de los bemoles suficientes para decir que el pan es pan y que el vino es vino.A Juanes no le temblaron las cuerdas bucales para decir que él no tiene problema en cantarle a los comunistas lo cual es solo una marranada, un alarde para ofender al exilio cubano y ganar puntos con la tiranía castrista, porque las FARC-Ejército del Pueblo son comunistas, y estoy seguro que a ellos, que en teoría luchan por liberar a Colombia de la dictadura del farsante Uribe, ligado a las "autodefensas" conectadas con el narcotráfico, a la violación de los derechos humanos y hasta al narcotráfico según algunos, Juanesuelo no les cantaría porque probablemente le duela las FARC-EP tanto como a nosotros nos duele el castrato. El mismo individuo, ante la presión de Alarcón y otros poderosos cubanos de la industria del entretenimiento amantes de la libertad de su patria, que le pusieron encima de la mesa, y muy claro, que el concierto que el pensaba mudar de Honduras para no darle apoyo a Micheletti y a los hondureños que salvaron su país del castro-chavismo patrocinado por Obama y sus precursores, ni era blanco ni tenía la más mínima presentanción si estaba basado en la discriminació n de los cubanos exiliados vetados por la pandilla castrista, le solicitó a los pandilleros castristas la inclusión en el show de Willy Chirino que, ESE SÍ, hubiera virado al revés la plaza de los paredones, y de otros. Como era de esperar, el castrato negó la solicitud y Juanes entonces, en lugar de asumir una actitud digna, como quizás habría hecho en cualquier otra circunstancia, debido a que se trataba de la tiranía castrista, entró de cuerpo entero en la orgía del miedo, se bajó los pantalones y se dejó acariciar el trasero por los negrones castristas, y permitió que le torcieran el brazo aceptando participar en una degeneración abrumadora de lo que debió ser la idea original.No existe la menor duda que en cuanto a participación de artistas altamente rankeados el concierto fue una absoluta porquería. Al bajarse los pantalones y otorgar el trasero a la discriminació n y la exclusión castrista Juanes perdió el apoyo de los poderosos cubanos exiliados del medio y en consecuencia observó como abandonaban sus filas inmediatamente las verdaderas estrellas, que de acompañarlo, habrían hecho del evento uno realmente significativo.Juanes, en su cobardía y mediocridad, quedó solo acompañado de artistas de poca monta y sin impacto en la actualidad, los cuales están tan mal de público que habrían actuado hasta junto a los freakies de la Madre Patria con tal de conseguir aunque fuese un poquito de publicidad.Una tal Cucu Diamantes, que en su puñetera vida o "carrera" (no me refiero a una carrera como jinetera, no hay que ofender a las jineteras) había visto antes, según se dice una "emigrante" cubana, orillera de esas que ofenden el orgullo de los cubanos, estilo Niurka Marcos, radicada en New York, plena de jineterismo y desfachatez vomitó que “el mundo se tiene que abrir a este país”, pero no tuvo la vergüenza y la decencia requerida para completar el discurso papal diciendo también que “este país tiene que abrirse al mundo”.Juanes, olvidando su aceptación a la exclusión de los exiliados por parte de la pandilla castrista, que convirtió el concierto en una degeneración, en una absoluta porquería, dijo "emocionado" : “Este el sueño más hermoso de paz y amor que he podido experimentar después de mis hijos... Este es el amor verdadero, por encima de las diferencias todos somos hermanos, todos estamos conectados”. Noten que en su paroxismo no mencionó a Karem, nuestra bella Karem.En un susurro, escurridizo, apocado como creo se debería sentir todo hombre que se ha dejado acariciar el trasero por los negrones castristas dijo con voz trémula, débil, tan apagada que apenas se escuchó: “El futuro está en sus manos muchachos, ¡vamos a cambiarlo para bien señores!”; “No importa cómo pensemos, no importa qué religión tengamos… ¡al final, muchachos, todos somos iguales!”. Todos somos iguales Juanesuelo, pero tu aceptaste que los mega-artistas cubanos exiliados excluidos por la pandilla castrista fueran "menos iguales" que los freakies que te acompañaron.El momento más decente del despropósito quizás lo habría sido cuando habló de un tema dedicado a todos aquellos privados de su libertad, “donde quiera que se encuentren”; la ilusión explotó en forma de heces fecales cuando resultó que la dedicatoria no estaba dirijida a los presos de conciencia cubanos, a los presos políticos cubanos, a los cientos de miles de personas que están presos en Cuba por actos que no son delito en ninguna otra parte del mundo con la sola excepción de Corea del Norte, Irán, etc, sino a los secuestrados por las FARC- Ejército del pueblo, comunistas que son amigos de Gabriel García Márquez, amigo del tirano Castro, los cuales luchan en teoría contra la dictadura del supuesto narcotraficante y desvergonzado gobernante de Colombia Alvaro Uribe, violador de los derechos humanos, según Obama, que no agradece la forma tan caballerosa en que se portaron los valientes querrilleros con la admiradora de García Márquez y la robolución cubana, Ingrid Betancourt. Dijo también Juanesuelo:“Vencimos el miedo para estar con ustedes esta tarde, y esperamos que ustedes también lo puedan vencer…”. “Que puedan cambiar el odio por amor, muchachos (…) ese es el mensaje, no más”. ¿El miedo a quién vencieron Juanes y Bosé, al exilio cubano?. Que clase de canallas, que yo sepa el exilio cubano no encarcela ni tortura, ni encierra en las celdas tapiadas de la policia política a nadie, eso lo hace la pandilla castrista. ¿El odio de quién Juanes?. El monopolio del odio lo tiene la tiranía castrista que es la que mata y encarcela, por qué no tuviste los co.. de decirlo, por qué no dijiste que el monopolio del amor lo tienen los exiliados cubanos, gracias a los cuales comen y viven sus familiares en Cuba porque el castrato lo único que produce es represión y muerte mientras el exilio produce bienes y comida.Bosé sigue el tono escurridizo, apocado, de su anfitrión, pide al público atención a la letra, “parece que está escrita para ustedes”, dice: “Dame una isla en el medio del mar, llámala libertad…”.Hay que reconocer que a las tres principales piezas del devaluado plan, Juanes, Bosé y Tañon, al menos dos de ellos según los entendidos, Tañon y Bosé, venidos a menos y sin público, si somos justos no podemos acusarlas de haberse explayado en favor de la tiranía castrista; más bien fue el tono trémulo, escurridizo, apocado, como corresponde a quienes han sido neutralizados con las pestilentes emanaciones que produce la orgía del miedo, esa que se refuerza con la realidad de que el castrato tiene amigos muy poderosos, aún entre aquellos que se dicen sus enemigos.Todos los que me conocen hace años saben que tengo jurada una misión de justicia retributiva abrumadora contra Silvio Rodríguez, y que no lo quiero como vecino mio en Jibacoa, a mitad de camino entre La Habana y Varadero, donde pienso construir mi nueva casa cuando Cuba sea libre. El público pudo ver al susodicho, en los dias previos al devaluado concierto, expresarse como lo que es, un esbirro orgánico del castrato; pero, a mi juicio, la sorpresa la desveló el dia D; si hubo una actuación blanca en la tarima, porque blanca se considera convencionalmente a la libertad, esa fue la de Silvio Rodríguez: “Si saber no es un derecho, seguro será un izquierdo”, cantó. Aún hizo más, se colocó en frente del esbirro orgánico, contra si mismo, y por unos instantes fue su enemigo, porque el sabe como entiende el pueblo a "Ese hombre está loco" y "Ojalá", nos recordó al Silvio que fue en sus inicios para mi generación (tengo 53 años) una promesa; y disparó la creación que era mi consuelo cuando la susurraba en mi celda de prisionero político en la Cárcel de Boniato: Ojalá, ojalá por lo menos que te lleve la muerte maldito hijo'eputa, cobarde, asesino, mentiroso, Fidel Castro. “Habrá un antes y un después de este concierto”, aseguró Aute, de quien admito no había escuchado hablar nunca, aunque si de su creación "Rosas en el Mar" un canto a la libertad popularizado por Massiel.Carlos Varela, escurridizamente contestatario según se dice, puso la nota opuesta al aparecer vestido de negro. Dijo en su interpretació n que “Los trucos del mago se descubren y que "las brujas ya no creen en el poder”,¿¿¿???, dedicando su otro número“a todos los cubanos, estén donde estén”. Pasó sin penas ni gloria porque de él se esperaba un poco más que de los oficialistas.El cierre le tocó a los Van Van, y en su misión de esbirro orgánico del castrato Juan Formel gritó:“¡Duélale a quien le duela ya se hizo… ya se hizo el concierto por la paz!”, “¡Dejen ya el abuso!”, como si el abusador no fuera el tirano Castro al que Formel tan sumisamente le lame el trasero. En ese contexto Juanes repite apocada, casi imperceptiblemente: “¡Cuba Libre... por una sola familia cubana!”, dos veces, cuando lo hace otra vez aparace un sujeto de la raza negra, creo que del grupo rapero, con "arreglo" de cabello y facha de asaltante asesino de Liberty City, a su izquierda, le quita el micrófono a Juanes y se lo entrega a Formel, tal como parece había planeado la policía política que harían de desbordarse libertariamente algún participante.Un tal Equis Alfonso, nada, ni en un sentido ni en otro.En la apertura Tañón mencionó la palabra exilio y habló de una familia que hacía veinte años que no se veía. Arrancó con “Mentiroso” que muchos podrían interpretar como una alusión al tirano Castro. Habló a Niurka, una cubana que la despidió en el aeropuerto de Miami: “A Niurka, que no ve a su padre(se supone que reside en Cuba) desde hace veinte años”.Danny Rivera, viejo castrista, demasiado arrimado a Tañón para mi gusto: “amor más allá de las fronteras”, “Pueblo, debe luchar por la justicia el que quiera tener paz”, “Yo quiero un pueblo que ría y que cante, yo quiero un pueblo que baile en las calles…”. Ese pueblo no está en Cuba, no ahora al menos, no estará entre los cubanos de Miami y el mundo mientras Cuba no sea libre, está en Borinquen, en nuestros queridos compatriotas antillanos de la Isla del Encanto y Quisqueya.Amaury Pérez bastante plano, "Amor Difícil. “Hacerte venir”.El ecuatoriano Juan Fernando Velazco, sin penas ni gloria.Bosé dijo: “Estamos aquí cumpliendo un sueño de concordia, de tender una mano al diálogo...el derecho más grande que puede tener un hombre es el derecho a la paz, a ser hermanos, a convivir todos juntos independientemente de las diferencias…”. “La guerra es una mierda… los conflictos son una mierda”. A Victor Manuel, otro castrista cuya única notoriedad viene de haberle cantado loas a Franco, de su mujer y de las ofensas que escupió contra el exilio cubano, solo le interesó defender el odio comunista español contra la transición, no conformándose con la impunidad que se le regaló al asesino de Paracuellos, Santiago Carrillo, y a sus pandilleros: “Voy a cantar una canción nueva, que habla sobre la memoria histórica. Porque la memoria es el arma más poderosa que nosotros tenemos”, “Cómo voy a olvidarme de tantos humillados, de las familias rotas…”. Ni por la mente le pase a mis lectores que ese cabrón se refiere al pueblo cubano víctima de la tiranía castrista, se refiere el muy hijo de la gran p... a los comunistas que trataron de convertir a España en una república soviética.El italiano Jovanotti aportó un tono extravagante con una gorra de Superman y los camaleónicos Orishas, sin penas ni gloria.En resumen, la diferencia entre shows de gran magnitud la marca la libertad para expresarse. El devaluado concierto de Juanes, que tuvo intentos de expresión libre, fue marcado y neutralizado por la omnipresente orgía del miedo, creada e impuesta por una tiranía cuya voluntad de represión no tiene límites.
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