Por: Carlos Alberto Nieto Palma - Defensor de DDHH - ventanaalalibertad@gmail.com - Nadie puede negar que la situación de las cárceles en Venezuela se le escapo de las manos a las autoridades del país. Desde aquella emotiva visita del entonces recién nombrado Presidente de la República Hugo Chávez a la Cárcel de Yare a los días de asumir su mandato comprometiéndose con la reforma y transformación del sistema penitenciario, es mucho lo ocurrido en las prisiones y ríos de sangre derramada de nuestros presos. Todo arranco con buen pie, una Asamblea Constituyente comprometida con la transformación penitenciaria, gracias a que mí maestro Elio Gómez Grillo, ilustre penitenciarista, no solo era miembro de esta, sino que presidia la Comisión de Administración de Justicia y se planteaba grandes retos en esta materia. Cosa que se hizo efectiva con la inclusión dentro del texto constitucional del artículo 272 que representaba un avance de 360 grados en esta materia al incluir temas como descentralización, obligatoriedad de personal profesional en las cárceles, privatización de servicios, asistencia pos penitenciaria y creación de un ente autónomo para dictar las políticas penitenciarias, eran algunos de los grandes logros. Por cierto este artículo fue aprobado por unanimidad, sin observaciones y con un largo aplauso de pie por todos los Constituyentes miembros de la Asamblea. A esto le aunamos la entrada en vigencia del Código Orgánico Procesal Penal que también daba cambios importantes al sistema de administración de justicia y creaba la figura de los Jueces de Ejecución Penal cuya función principal es el cumplimiento del régimen penitenciario, de lo que nadie se había ocupado y que a través de una declaratoria de Emergencia Penitenciaria por parte de la ANC y la creación de una Comisión, de la que tuve el honor de ser miembro, se logro disminuir la población carcelaria de manera considerable mediante el justo otorgamiento de medidas sustitutivas, cosa con la que el Estado estaba en mora. Hasta allí creo que el gran sueño de muchos de los que durante años hemos luchado por devolverle la dignidad a nuestras cárceles, se estaba haciendo realidad, había cambios, trabajo conjunto y eso era importante. Lo que ha pasado después es conocido por todos, mas de 2 decenas de Directores de Rehabilitación y Custodia del Recluso , una docena de Ministros de Interiores y Justicia, anuncios reiterados de Planes de Humanización Penitenciaria nunca cumplidos, nuevas cárceles nunca hechas, Comisiones de trabajo “fantasmas” y lo mas grave consolidación de las “Mafias Carcelarias” compuesta por miembros de la Guardia Nacional y del personal del MIJ, encargadas del ingreso de armas, drogas, alcohol y todo aquello ilícito y que produzca dividendos a este grupo de seres inescrupulosos responsables de manera directa de que tengamos las cárceles mas violentas del continente americano y de las principales del mundo, ante la indiferencia y complicidad de todos los Poderes Públicos. Como conocedor del mundo penitenciario me niego a tirar la toalla y decir que esta perdido todo, seguiré insistiendo en la necesidad de un dialogo sincero entre todos los actores que estamos involucrados el sistema carcelario y la necesidad que nos sentemos en la búsqueda de soluciones que den una salida a la crisis carcelaria y derramamiento de sangre que se ha convertido el día a día de nuestras cárceles. La confluencia de todo el mundo penitenciario: Poderes del Estado, ONG´s, universidades, académicos, empresa privada, gobernadores, alcaldes, familiares de los encarcelados y por supuesto los mismos reclusos y reclusas, nos sentemos a discutir, dejando afuera asuntos políticos, protagonismos indebidos y todo lo que no sea de interés a crear un plan para “Construir la Paz en las Cárceles Venezolanas”. Es el tiempo de la búsqueda de soluciones y dejar de darnos golpes bajos unos con otros mientras nuestros presos se siguen matando en los recintos penitenciarios, las mafias carcelarias se hacen cada vez mas ricas a costa de la dignidad humana y la violación a los derechos humanos es cada vez mayor en las cárceles. La invitación es al trabajo conjunto y la búsqueda de soluciones. Adelante…
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