Yo he partido del principio de que todo pueblo tiene,
no el gobierno que se merece,
como dicen los empíricos y pesimistas,
sino el sistema de gobierno que él mismo produce
de acuerdo a su idiosincracia y grado cultural
.../...
"Por eso vivimos durante cien años,
destruyendo, demoliendo el pasado.
"Romper con la tradición" fue el precepto sacramental
de nuestras revoluciones desde la Independencia...
Pero la herencia psicológica más fuerte,
más poderosa, con mejores títulos al predominio social,
ha resistido impasible a los ataques de los teóricos
y a las demoliciones revolucionarias,
demostrando que las sociedades
como la Naturaleza,
no marchan a saltos".
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