Por: Andrés Oppenheimer - El conflicto de Gaza en LatinoaméricaBUENOS AIRESUna de las cosas que más me sorprendieron durante mis vacaciones defin de año en Argentina y Uruguay es que la gente allí parece estarsiguiendo el conflicto de Gaza en el Medio Oriente mucho más de cerca--y más apasionadamente- - que en Estados Unidos. Los periódicos de esta parte del mundo encabezan sus primeras planascon titulares sobre el conflicto del Medio Oriente, dándoles mayorprominencia que a las noticias sobre la crisis financiera global, olas noticias locales. En la televisión, el ataque israelí contra elgrupo terrorista Hamas tras los constantes ataques con cohetes de esegrupo contra Israel es motivo de calurosos debates en los que lamayoría de los invitados critican a Israel.Hamas, oficialmente definido un grupo terrorista por los EstadosUnidos y la Unión Europea, a menudo no es identificado como tal en losmedios sudamericanos.En varias reuniones sociales con políticos, empresarios ydiplomáticos, me hicieron más preguntas acerca de la posible políticapara el Medio Oriente del presidente electo Barack Obama que sobreninguna otra cosa. Y ocurre algo muy semejante en otros lugares deSudamérica.A principios de esta semana, el presidente venezolano Hugo Chávez--que ha sellado una ''alianza estratégica'' con Irán, el principalestado patrocinador de Hamas-- expulsó al embajador de Israel, citandocomo causa el supuesto ''genocidio' ' israelí en Gaza.Y en Argentina, el organizador de manifestaciones callejeras, LuisD'Elia --quien esta semana confirmó a la revista Noticias que recibió$1 millón de la dictadura de Cuba para financiar las protestasantiestadounidenses durante la visita del presidente George W. Bush aArgentina en el 2005-- encabezó el martes una manifestación ante laembajada is-raelí en Buenos Aires en la que arrojó pintura y objetos contra lasede diplomática.¿A qué se debe todo este interés en Gaza?, me pregunté. ¿Se debe a queArgentina y Uruguay tienen grandes comunidades judías y árabes? ¿O aun sentimiento subconsciente de consolación por el hecho de que, apesar de que hay grandes problemas en Sudamérica, hay otras partes delmundo en que hay problemas más grandes?Muchas de las personas a las que les hice estas preguntas merespondieron que se debe a la política, y a los petrodólares. Chávez ysus aliados, incluyendo a la presidenta de Argentina, CristinaFernández de Kirchner, están importando el conflicto palestino-israelia una región en la que judíos y musulmanes solían vivir en armonía.El involucramiento sudamericano en la política del Medio Orienteaumentó notablemente desde el 2006, cuando Chávez recibió por primeravez en Venezuela al presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad. Desdeentonces, Ahmadinejad ha regresado a Venezuela, y también ha visitadoCuba, Nicaragua y Bolivia. Ahmadinejad firmó varios acuerdoseconómicos y políticos en estos viajes, incluyendo planes parafinanciar nuevas emisoras radiales y televisivas progubernamentales enBolivia y otros países.Emilio Cárdenas, ex embajador argentino en las Naciones Unidas, meseñaló que tanto Irán como Venezuela se benefician al identificar elsentimiento antiestadounidense en la región con el sentimientoantiisraelí. Cuando la emisora televisiva regional Telesur, financiadapor Venezuela, ofrece gratuitamente a los canales de televisiónlatinoamericanos filmaciones de niños palestinos heridos por bombasisraelíes, el mensaje no demasiado subliminal es que Washington estáapoyando una atrocidad, explicó.''Para Chávez, pegarle a Israel es pegarle a Estados Unidos'', señalóCárdenas. ``Esto es funcional tanto para [la propaganda política de]Venezuela como para Irán''.Mi opinión: No me sorprende que Chávez esté usando el conflicto deGaza para atizar el sentimiento antiestadounidense. Chávez estádebilitado por la caída del precio del petróleo y necesita unconflicto con Washington para justificar sus intentos de perpetuarseen el poder como sea. Y no me sorprende que los medios oficialesargentinos compren la versión de Chávez: Venezuela se ha convertido enel principal soporte financiero del gobierno argentino en los últimosaños.Pero resulta triste que muchos periodistas respetables en la región,al exigir correctamente un cese de hostilidades en el Medio Oriente,no le recuerden al público que Hamas está llevando a cabo una guerrareligiosa en la que exige oficialmente la aniquilación del Estado deIsrael, y que Hamas ha estado lanzando cohetes sobre territorioisraelí, quebrando un cese de fuego preexistente.Si Argentina, Uruguay o cualquier otro país estuvieran sufriendoataques diarios de parte de un grupo que abiertamente propugna una''guerra santa'' para destruirlos como nación, dudo realmente queactuarían de manera muy diferente a la de Israel.No reconocerlo --y no reconocer el hecho de que, a diferencia deIsrael, los terroristas de Hamas disparan intencionalmente sobreblancos civiles y luego usan a la población civil como escudoshumanos-- es intelectualmente deshonesto y coquetea con el racismocontra un grupo étnico que no hace mucho sufrió el peor holocausto delque se tenga memoria.
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