martes, 3 de junio de 2008
Crónica
En el siglo XVII fue muy común pleitos entre los obispos y los otros estamentos del orden hispano en Caracas. Obispos como Juan de Bohorquez o fray Gonzalo de Angulo tuvieron terribles peleas con los regidores del cabildo, con el gobernador de turno o con los alcaldes. Pero ninguno como fray Mauro de Tovar, obispo de un carácter terrible, en su enfrentamiento con la élite criolla de Caracas. Fray Mauro de Tovar aunque fue un obispo orgulloso, de espada en mano, y colérico, fue tambien uno de los mas grandes defensores de los humildes, los indios y esclavos. Puso las bases de un seminario que con el tiempo se convertiría en la Universidad de Caracas, y ayudó a la defensa de la ciudad contra corsarios y piratas en La Guaira. Su personalidad única y fuera de serie, con sus facetas mezquinas y sublimes, le ganó el odio de muchos y el amor de otros. Sus sobrinos, venidos con él, inauguraron el linaje Tovar y enlazaron con el circulo mantuano de Santiago de León. Muere en Chiapas, en Nueva España o México actual. Su escandaloso pleito con los Navarro de Campos y los Ponte, de la más alta elite de Santiago de León, aun permea la historia, y es materia de curiosidad entre historiadores del periodo. Un descendiente de estos Ponte, Alejandro de Ponte, modernamente escribió un libro sobre este célebre pleito, titulándolo : El Agresivo obispado de fray Mauro de Tovar. A continuación un texto trasladado de esa época, con la queja elevada al Real Consejo de Indias y al rey, contra fray Mauro por Gabriel Navarro de Campos: NAVARRO DE CAMPOS VILLAVICENCIO, Gabriel SEÑOR. Don Gabriel Nauarro de Campos Villauicencio, Capitan de Infanteria Española, vezino, y Regidor de la ciudad de Santiago de Leon de Caracas, de la Prouincia de Veneçuela, por mi, y en virtud de los poderes que tengo de doña Eluira de Campos mi madre viuda muger que primero fue del Capitan Iuan Nauarro mi padre, y despues de Pablo de Ponte, Familiar del santo Oficio de la Inquisicion, y Escriuano mayor del Cabildo de la dicha ciudad, etc. [MADRID, 1646]. Fols. 1r-42r, A1r-X2r: Textos. Acusación al obispo Mauro de Tovar. Subtítulos: f. 2v: Agrauios de don Pedro Nauarro Villauicencio, y doña Ximena de Ponte su hermana. f. 8v: Agrauios de doña Eluira de Campos. f. 14r: Agrauios del Alferez Iuan del Corro, y doña Felipa de Ponte su muger, y de sus hijos. f. 17r: Agrauios de mi el Capitan don Gabriel Nauarro de Campos. f. 21v: Agrauios de doña Ynes, y doña Maria, y doña Eluira de Ponte Villauicencio Monjas. f. 22v: Agrauios del Capitan don Tomas de Ponte. f. 23v: Agrauios hechos por el Obispo al Cabildo de la ciudad de Caracas, y a otros particulares. AL CABILDO. f. 24v: A PARTICVLARES. f. 27v: Al Gouernador Rui Fernandez de Fuenmayor. f. 31v: A los derechos Reales. f. 33r: a la jurisdicion Real. f. 39v: Exc.: CONCLVSION. Los repetidos agrauios, y desordenadas acciones, y estraños rigores, y modos de proceder del Obispo don frai Mauro de Touar, han concitado mas los animos, y sentimiêtos comunes, por auerle experimentado desatento a su propia estimacion, en cosas totalmente repugnantes al estado Sacerdotal de vn Clerigo Presbitero, quanto mas a vna persona côstituida en la dignidad de Obispo, q. requiere tâtas veneraciones. Porq. De ordinario sale en vn cauallo a la gineta, vestido muy de gala a passearse publicamête por la ciudad, y quâdo el Deâ dô Bartolome de Escoto estaua en Caracas, le iba acôpañando en otro cauallo, y se và a diferêtes partes de los arrabales a passar carrera. Y los dias de Carnestolendas junta en sus casas Episcopales muchas mulatas, Indias, y negras, y en los patios se pone a tirarse naranjas con ellas. Y estandose haziendo vnas tapias en el lienço que mira a la plaça se llegò a los tapiales, y dixo a los negros trabajadores, que no sabian lo que hazian, y se entrò en vno cô ellos, y los ayudò a obrar. Y los mas dias se sale a la plaça sin sombrero, virrete, ni capa, y se està passeando al Sol dos, y tres horas. Y llama a las criadas de los vezinos, y les haze agassajos, y da dineros, porque le descubran, y cuenten el modo de viuir de sus amos, y se informa de las menudêcias mas secretas, y caseras, que todos lo sientê, y mormuran, y se quexan de que afectadamente se trate de violar la inmunidad, y penetrar el sagrado, y refugio natural, que Dios ha dado a cada vno en los retiros de su propia casa. Y finalmête ha tenido dêtro de sus casas Episcopales por mas de quatro años, la correspondencia, y comunicacion, que côsta por informes, testimonios, y papeles remitidos al Consejo de Indias, que la sujeta materia no da lugar a que se hable con mayor claridad, por concurrir circunstancias grandes, que preponderan, para que mi justissimo dolor ceda, y se rinda al silencio. Y de todo lo que va referido en este discurso ha resultado Que las injusticias notorias del Obispo estàn manifestando, que fueron venganças de su apasionado rêcor, y de sus odios particulares. Que as descomuniones impuestas, y proseguidas cô estrañeza exorbitante, sin mas causa, ni razon que su albedrio desatento, fuerô armas de la Iglesia Catolica, de que se valio impetuosamente, para amedrentar los animos de sus subditos, y ponerles en vn conflicto de temor, que les hiziesse no saber de si y estar sugetados, y rêdidos a la fiera que los despedaçaua, y en que se conuirtio su Pastor. Que las impiedades executadas tienen circunstancias q. dâ de si a la imaginacion mucho que discurrir, y que atêder. Que las vsurpaciones de la Real jurisdiciô, repetidas, y continuadas siempre, y la destemplada resolucion de fabricar el terraplen, dandose el Obispo a pensar en fortificaciones, excede cô muchos quilates de las regulares atenciones de vn Religioso, y de la mente episcopal, y mas juntando este extremo con la falta de obediencia y cumplimiento à las prouisiones de la Real Audiencia, y a los autos del Gouernador, y demas justicias Reales. Que las permissiones dadas à los Clerigos, y la introducion que ha dispueto el Obispo, de que anden con armas y las tengan y vsen dellas en actos publicos y secretos, siruiendo de instrumentos para las violentas execuciones de lo que resuelue aumenta mucho la consideracion propuesta. Que los atropellamientos de vidas, y haziendas, y honras de aquellos fidelissimos vasallos de V. Magestad, y subditos verdaderos, y religiosos de la santa Madre Iglesia, han padecido vna tormenta confusa y deshecha, en que han dado buenas muestras de la entereza de su fè, del rendimiento de sus animos à ambas Magestades. Pero, señor, su desconsuelo es grande, porque estàn sus haziendas arruinadas con la persecucion del Obispo, q. de ricos, y sobrados los ha reducido a pobres, y menesterosos, ocasionando en la casa de mi madre, y hermanos, y en la mia tan grandes dispendios de nuestros caudales, que passa en lo efectiuo de cincuenta mil pesos, las honras estan vltrajadas, y en la miserable ruina que nos puso la violenta y tiraniçada execucion de la sentencia del Obispo, en la persona de doña Eluira de Campos mi madre con pena tan inorme, y afrentosa, que excede a la de muerte, con grandes ventajas, de mas de auer diuulgado las notas de infamia, que ocasionaron sus causas en toda nuestra familia, y se halla el Obispo tan gustoso en infamarnos, que ha dado testimonio deste piadoso, y christiano afecto en el Consejo Real de las Indias, querellandose de nosotros con particulares circunstancias de la pasion que le mueue, y gouierna sus acciones. La Prouincia de Beneçuela està con increible escandalo, y todos sus vezinos hazen memoria de vn lance que sucedio al Obispo don frai Mauro de Touar quando entrò en aquel Obispado, y fue, q. luego que saltò en tierra en el puerto de la Guaira se ofrecieron vnas cuchilladas entre la gente del Patache, y salio de su casa con vna espada desnuda en la mano, y se entrò en la pendencia, de donde sacò vna herida, y quedò vn comun, y vniversal reparo de que entraua en el Obispado con sangre, y la espada en la mano, q. con el tiêpo ha descubierto no auer sido sin misterio. Y tambien se han realçado los escandalos publicos con ver, que el Metropolitano de santo Domingo, en su tercera carta executorial declarò por publico descomulgado al Obispo don Frai Mauro dc Touar hasta que entregasse todos los autos, y se intimò al Vicario de la ciudad de Maracaiuo donde se entregò testimonio de todo al Notario Eclesiastico, de que dio recibo, y sin embargo no quiso entregar los autos el Obispo, antes apelò de la descomunion, y mostrandose parte, embiò al padre Andres Aluarez Clerigo a que prosiguiesse la apelacion, y no auiêdosele admitido acudiò a la Audiencia, por via de fuerça, donde se declarò que no la hazia el Metropolitano, y en esto se passaron mas de ocho meses, y pudo tanto su passion, y tenacidad, que se dexò estar descomulgado tan dilatado tiempo, y dezia que no se tenia por tal, y exercia su jurisdicion como sino lo estuuiera, y al cabo vino a dar los papeles, diminutos, y faltos, quedandose con algunos, hasta que por mi se pidieron, y señalaron los que faltaban, y quando no tuuo modo para escusarse los entregò. Todos los Reynos, y Prouincias de las Indias estan llenos deste caso, y a la mira del sucesso, y de la satisfacion que piden los sangrientos vltrages, y atropellamientos de honras tan seguras, y acreditadas. Cada dia se renueuan estas memorias, por la calidad de lo sucedido, y porq. La presencia del Obispo las acuerda viuamente. Y entre las aclamaciones publicas se pondera como se ha introducido el Obispo sin ningun reparo a turbar, y vsurpar la jurisdicion Real, que es punto en ninguna manera dispensable, por los exemplos, y consequencias perniciosas, que pudiera produzir. Pido, y suplico a V. M. que atendiendo a todo se tome la resolucion conueniente con el Obispo estendiendola a que se executen las penas de las têporalidades, y estrañeça destos Reynos desde que le fueron impuestas, y a obligarle por obuiar el escandalo implacable, y perturbaciones comunes, y las côtingencias, q. puede ocasionar a que renuncie aquel Obispado. Y mandando, que doña Eluira de Campos mi madre, y sus hijos, y deudos seamos reintegrados en nuestro honor, con todas las demonstraciones que fueren possibles, y haziendo V.M. las declaraciones mas fauorables, y eficazes que se requieren, y honrandonos de nueuo con algunos fauores, gracias, y mercedes de su poderosa mano, y liberalidad Real, con que se pueda soldar vn agrauio tan lleno de circunstancias, que solicitan el animo piadoso, christiano celo, paternal amparo, y magnanima grandeça de V. M. para con vassallos, que humillados a sus pies proponen su dolor, y sentimiento, y aclaman la deuida satisfacion de sus injurias, esperandola con toda seguridad, y confiança de la justicia, que entre las demas virtudes resplandece gloriosamente en V. Magestad. (Firmas autógrafas originales): Don Gabriel Navarro de Campos. Don Estevan de Prado. F.B. Colección Eccles.
Mascioli Garcia
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