miércoles, 21 de mayo de 2008
¿Qué es éxito?
En la Revista PODER de Noviembre del 2002 donde el Mexicano Carlos Slim, el hombre mas rico de América Latina dice en la entrevista que le hace Issac Lee sobre el éxito: “Yo creo que el éxito no está en lo económico. Yo creo que una persona no es de éxito porque le va bien en los negocios o le va bien profesionalmente o saca 10 en la escuela. Creo que eso es lo que menos vale. Lo que vale es tener los pies en la tierra, la familia – el concepto de familia-, los amigos (Pero los verdaderos amigos….ese que cuando te recuerda te llama, cuando sabe que estas mal en cualquier circunstancia te llama para saber si se te ofrece algo, ese que cuando te ve te da un abrazo sincero, ese que cuando te ve le da gusto saber que existes). Apreciar las cosas que tienen valor VERDADERO!, no material, no físico necesariamente”. Pienso que a este concepto bien le puedo añadir una reflexión que me regaló mi madre: “El Éxito no tiene que ver con lo que mucha gente se imagina. No se debe a los títulos nobles y académicos que tienes, ni a la sangre heredada o la escuela donde estudiaste. No se debe a las dimensiones de tu casa o de cuantos carros quepan en tu cochera. No se trata si eres jefe o subordinado; o si eres miembro prominente de clubes sociales. No tiene que ver con el poder que ejerces o si eres un buen administrador o hablas bonito, si las luces te siguen cuando lo haces. No es la tecnología que empleas. No se debe a la ropa, o si después de tu nombre pones las siglas deslumbrantes que definen tu status social. No se trata de si eres emprendedor, hablas varios idiomas, si eres atractivo, joven o viejo. El Éxito… Se debe a cuanta gente te sonríe, a cuantas gentes amas y cuantos admiran tu sinceridad y la sencillez de tu espíritu. Se trata de si te recuerdan cuando te vas. Se refiere a cuanta gente ayudas, a cuanta evitas dañar y si guardas o no rencor en tu corazón. Se trata de que en tus triunfos estén incluidos tus sueños. De si tus logros no hieren a tus semejantes. Es acerca de tu inclusión con otros, no de tu control sobre los demás. Es sobre si usaste tu cabeza tanto como tu corazón, si fuiste egoísta o generoso, si amaste la naturaleza y a los niños y te preocupas de los ancianos. Es acerca de tu bondad, tu deseo de servir, tu capacidad de escuchar y tu valor sobre la conducta. No es acerca de cuantos te siguen si no de cuantos realmente te aman. No es acerca de transmitir, si no cuantos te creen si eres feliz o finges estarlo. Se trata del equilibrio de la justicia que cunduce al bien tener y al bien estar. Se trata de tu conciencia tranquila, tu dignidad invicta y tu deseo de ser más, no de tener más. ¡Ésto, es el Éxito!. Un triunfador es Parte de la Solución. Un perdedor es Parte del Problema. Un triunfador dice: “Debe haber una forma mejor de hacerlo”. Un perdedor dice: “Esta es la forma en que siempre lo hemos hecho. No hay otra". Cuando un triunfador comete un error, dice: “Me Equivoqué“, y aprende la lección. Cuando un perdedor comete un error, dice: "No fue culpa mía” y responsabiliza a los otros. Un triunfador sabe que la adversidad es el mejor de los maestros. Un perdedor se siente víctima durante las adversidades. Un triunfador sabe que el resultado de las cosas depende de sí mismo. Un perdedor cree que existe la mala suerte. Un triunfador enfrenta los desafíos uno a uno. Un perdedor rodea los desafíos y no se atreve a intentar. Un triunfador se compromete, da su palabra y la cumple. Un perdedor hace promesas, no se pone “manos a la obra” y cuando falla sólo se sabe justificar. Un triunfador dice: "Soy bueno, pero puedo mejorar". Un perdedor dice: “No soy tan malo como otros". Un triunfador escucha, comprende y responde. Un perdedor no espera que llegue su momento de hablar. Un triunfador respeta a aquellos que saben más y se preocupa en aprender algo de ellos. Un perdedor se resiste a todos los que saben más y sólo se fija en sus defectos. Un triunfador consigue "ver el bosque en su totalidad". Un perdedor se fija sólo “en el arbol que le toca plantar". Un triunfador se siente responsable por algo más que por su propio trabajo. Un perdedor no se compromete y siempre dice: “Hago mi trabajo y ya es bastante”. Un triunfador trabaja mucho y dedica más tiempo para sí mismo. Un perdedor está siempre "muy ocupado" y no tiene tiempo ni siquiera para los suyos. Un triunfador como tú, pasa este mensaje a los amigos. Un perdedor como los otros es egoísta y guarda el mensaje sólo para sí.
Mascioli Garcia
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